La firma francesa Bugatti entró en el libro Guinness luego de romper el récord de la máxima velocidad registrada por un autos de producción convencional.
La semana pasada la automotriz fundada en Francia por el italiano que le dio su apellido se dio el lujo de romper con un nuevo récord Guinness llevando a su modelo Veyron Super Sport a correr por encima de los 430,9 km/h, constituyéndose así en el auto de producción convencional (nada de cohetes ni motores de avión) sobre la faz de la tierra.
Hasta ahora, el récord registrado por el famoso libro estaba en manos de la firma Lamborghini que en 2010, con su modelo Venom GT, logró alcanzar los 427,6 km/h.
Si bien el Veyron Super Sport fue presentado públicamente en 2011, el modelo lanzado al mercado cuenta con un limitador de velocidad electrónico que impide que los escasos compradores de esta pieza de lujo puedan exceder, por medios propios, los 415 km/h. Este aparente sistema de seguridad fue desbloqueado para llevar a cabo la prueba frente a los jueces del libro Guinness, lo que le permitió a Bugatti quedarse con el título del auto más rápido del mundo.
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